LO QUE PIENSO

Puede no borrarse de mí, el centelleo de una sonrisa apacible…
Puedes querer acariciarme con palabras,
Querer no es dejar de hacerlo,
Hacerlo es no evitarlo.
¿Culparte?
¿Mofarme y no dejarme?
Ya se…
Me brindare un sueño donde allí pueda volver a tenerte.
Afables palabras, semejantes a rosas…
Semejantes a espinas de ceda disfrazadas,
Pero también extraviadas y en excusas embozadas.
¿Culparte?
¿Sorprenderme?
¡Comprenderte, y regalarme entonces nuevamente el silencio!
Reconociendo la sandez de haber pronunciado con hondo estremecimiento
Afables palabras a corazón abierto.
¿Puedes tu entonces regresar al cielo a esta, según tu, diosa extraviada, sintiéndome yo sin aliento?
O mejor…
¿Puedes tu no bajar del cielo a esta diosa extraviada en cada uno de tus versos?
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